por la libreria 8 1/2. Durante siete días, los transeuntes de Málaga caminaron, literalmente, sobre páginas escritas por Pedro Almódovar, Alex de la Iglesia y Alejandro Amenábar.
Año tras año poco después de Semana Santa, y ya van 12, Málaga se viste de cine. Si el cine es luz, Málaga es puro cine", dice Antonio Banderas en un spot puesto en la Web por el gobierno local. Por una semana, la ciudad mostró el último cine español y de América latina, como lo viene haciendo desde 1997. Lo hizo con una presencia fuerte en el centro de la ciudad-puerto de Andalucía, donde nacieron Picasso y el mismo actor ahora convertido en estrella de Hollywood (y casado con Melanie Griffith), con el viejo y coqueto Teatro Cervantes que volvió a lucir carteles multicolores, y esta vez una gigantesca pantalla de leds que iluminaba los alrededores. Los entusiastas del cine, pero particularmente de algunas de sus figuras relevantes que todos los días, además, aparecen por TV, siguieron paso a paso cada uno de los días y sus noches, iluminadas a pleno, con limousinas que entraron y salieron dejando sobre la alfombra roja a grandes figuras de la península, incluso a la flamante ministra de Cultura, Angeles González Sinde, y hasta hace poco presidenta de la Academia de Cine de España.

La lista de propuestas argentinas la inició Fragmentos rebelados, así, co B larga, un vibrante documental, de David Blaustein, que repasa la vida del militante y cineasta Enrique Juárez (hermano de Nemesio Juárez), desaparecido durante la última dictadura militar. En esa misma sección, también se destacó Ernesto Sabato, mi padre, de Mario Sabato (hijo del escritor), e Imaginadores , de Daniela Fiore, que repasa varias décadas de historieta rioplatense y sus principales autores, entre ellos Héctor Oesterheld y Roberto Fontanarrosa. Dentro de la sección dedicada al cine de ficción de habla hispana producido en América latina, se vieron, en concurso, las comedias Un novio para mi mujer , de Juan Taratuto, por la que fueron premiadas sus dos figuras centrales, Adrián Suar y Valeria Bertuccelli (estuvieron presentes Taratuto y el productor Juan Vera); Motivos para no enamorarse , de Mariano Mucci, que se llevó el premio a mejor guión y una mención especial para Celeste Cid, y Cordero de Dios , de Lucía Cedrón, que se llevó el premio principal de la sección, así como los preestrenos de La extranjera , de Fernando Díaz, y Gallero , de Sergio Martín Mazza (autor de la todavía inédita El amarillo). La obra de Diaz (responsable, hace ya una década de Plaza de almas) sigue la historia de una joven mujer que, tras una larga ausencia del país, regresa a su provincia para recuperar la casa familiar y unas cuantas hectáreas que acaba de heredar, al tiempo que entabla relación con un chacarero de la zona, sorprendido por el empeño de la mujer en salir de su precaria situación económica.
Ernesto Sabato… es un conmovedor repaso biográfico del autor de Sobre héroes y tumbas, que incluye material nunca antes visto, que su hijo Mario presentó como la versión aumentada y corregida de lo que pensaba iba a ser un video casero para sus nietos, los bisnietos de personaje de marras, recibida con fervor por los espectadores que llenaron la compacta sala del Albéniz donde se proyectó. La película toma retazos familiares que ya aparecieron en su relato India Pravilie.
El jurado de la sección oficial, estuvo compuesto por los cineastas Alex de la Iglesia y el colombiano Sergio Cabrera, el escritor y documentalista malagueño Juan Madrid, la escritora Lucía Etxebarría y los actores Emma Suárez, José Manuel Cervino y Rubén Ochandiano. En el de documentales participaron la cineasta argentina Lorena Muñoz y en Territorio latino el crítico Diego Galán y la actriz Mercedes Sampietro, entre otros.
El domingo amaneció con una tamboreada parecida a aquellas de Semana Santa "para despertar a Dios", en las que solía participar el joven Luis Buñuel, cuando muy joven viajaba de Teruel hasta su Calanda natal, mucho antes de conocer a Salvador Dalí, a Federico García Lorca y al surrealismo.

Pero, más allá de Buñuel (y de los buñuelos que se vendían no muy lejos de allí), estaba escrito que la gran estrella de esta edición del festival andaluz sería Antonio Banderas. Y así fue. Al recibimiento masivo que tuvo la noche inaugural, se sumo el aplauso del día siguiente, cuando nuevamente en el Teatro Cervantes entregó el Premio Málaga a su colega Juan Diego.
A La vergüenza siguieron algunas películas más flojas. Por ejemplo Fuga de cerebros , que copia el estilo de los hermanos Farelly, en este caso un grupo de estudiantes que mediante tretas varias consiguen ir de viaje de estudios nada menos que a Oxford, en Gran Bretaña; Bullyng , sobre el abuso de adolescentes por compañeros de clase, atiborrada de obviedades, golpes bajos y pésimas actuaciones (por momentos da vergüenza ajena); Agallas , la historia de un delincuente de poca monta que intenta hacerse el vivo con un narco que encierra un secreto inesperado, con buenos trabajos de Hugo Silva y Carmelo Gómez, pero una trama que deviene inconsistente y, finalmente, Un buen hombre, drama-thriller con eje en dos amigos abogados y docentes universitarios, uno de ellos convertido de la noche a la mañana en asesino de su esposa y el otro en testigo del crimen. Esta última tiene algunos aciertos a tener en cuenta por tratarse de un cineasta debutante.
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The Frost ( La escarcha ), opera prima del cineasta catalán Ferrán Audí, que se presenta como una adaptación libre de El niño Eyolf , publicado por Henrik Ibsen, en 1894. Audí es, evidentemente, mucho más pretencioso que el dramaturgo que identifica a Noruega, paisaje en cuyo presente transcurre la acción, con eje en un matrimonio de cuarenta y pico atenazado por la culpa provocada por la muerte de su hijo. El relato que aborda los sucesivos y cada vez más violentos enfrentamientos entre ambos, así como su singular relación con parientes cercanos y un par de siniestros personajes más imaginarios que reales, es confuso, extenso y, lo que es todavía peor, innecesariamente efectista, hasta el ridículo. Ni siquiera puede sacar partido Aitana Sánchez-Gijón, que estuvo aquí acompañando esta coproducción mitad catalana, mitad noruega y hablada en inglés, que seguramente quedará en el olvido. Aparentemente, esta película tiene alguna relación, al menos argumental, con la escandalosa Anticristo, de Lars von Trier presentada recientemente en Cannes, no obstante el danés no informó que su obra se trate de adaptación-versión alguna del autor de Casa de muñecas
La otra película en competencia fue Amores locos , de Beda Docampo Feijoo, el recordado coguionista de Camila y Miss Mary , de Luisa Bemberg, así como director -en la Argentina- de películas como Debajo del mundo y Buenos Aires me mata , español por nacimiento, que en la última década ha seguido en contacto con el país donde vivió y tuvo sus primeros éxitos, viene produciendo sus películas aquí. La historia tiene como eje a un psiquiatra (especializado en "amores locos") y su relación con una cuidadora del Museo del Prado, obsesionada con una pintura flamenca anónima en la que se ve a un profesor de clave y su alumna, casi de espaldas, personajes que ella supone son, de alguna forma, ellos mismos. Docampo Feijoo propone dos retratos: el del psiquiatra con su ex esposa, su hija entrando en la adolescencia, su hermana cantante de ópera a la que le cuesta formar familia y un colega que solo puede hacerlo con prostitutas de alto nivel; por el otro el de la mujer que vive encerrada en su mundo de fantasías, con su abuela, en una casa que parece un museo, con un amigo en extremo introvertido y una sola meta que esconde, en verdad, la frustración por un viejo drama familiar. En el resultado mucho ayudan las presencias del talentoso Eduard Fernández (Ficción, El método), la seductora sui generis Irene Visedo y la siempre brillante Marisa Paredes, a quien en el comienzo de la muestra se vió -junto a Antonio Banderas- en el emotivo homenaje que se le brindó al actor Juan Diego.
También El niño pez hizo su paso por Málaga. La película de Lucia Puenzo con Inés Efron (ambas estuvieron en la muestra).
A estas propuestas siguieron la comedia con cánones de TV 7 minutos, debut de Daniela Fejerman. Con un guión de Angeles González Sinde (que recuerda a la tira Mujeres alteradas, inspirada en los cómics de la humorista argentina Maitena) y dos catalanas, la fallida Trash, de Carles Torras, y la más interesante Tres días con la familia , de la muy joven Mar Coll (28 años), sobre una veinteañera que vuelve de Francia a la casa de su padre, en Gerona, a raíz de la muerte de su abuelo, un encuentro familiar -del velorio al entierro- descripto con pinceladas precisas, pero, antes que nada, con la dureza que significa transmitir el insoportable levedad del ser en que vive este grupo familiar de clase media.

Otra comedieta bastante floja no obstante muy comercial resultó Pagafantas, con la argentina Sabrina Garciarena, la protagonista de Felicitas.
Como siempre, los invitados de Málaga, y muy en especial de su director, el queridísimo Carmelo Romero, vivimos momentos inolvidables, una organización diez puntos, pescaito, salmorejo (un gazpacho espeso como pintura para chuparse los dedos)y mucho jamón del mejor, platos memorables (en Sacacorchos, por ejemplo, el granizado de limón con vodka)) y mucho cine, para que nadie piense que uno solo viaja para divertirse.
Claudio D. Minghetti