21 feb 2010
Los Goya de la Academia de España
Celda 211 es un thriller carcelario. Comienza en un día y termina más o menos ese m ismo día. En realidad comienza cuando debería terminar, con un recluso al que apenas se distingue que ha tomado la decisión de cortarse las venas con un elemento punzante de fabricación clandestina en prisión, porque al que vemos es a un condenado de alta peligrosidad al que todos llaman Malamadre, al que todos temen y todos respetan como lider. También de inmediato conoceremos a Juan, un joven que está por ingresar a la institución como guardiacarcel. La cuestión es que un día antes de que eso ocurra, Juan se acerca a la cárcel, donde otros integrantes del servicio penitenciario, guían por pasillos para mostrarle y contarle cómo será su vida a partir se instale en el lugar.
Lo que nadie imagina que en ese preciso instante estallará un motín con toma de rehenes –reclusos de la ETA, nada menos- que pide a cambio reivindicaciones que por lo visto son justas. Lo que nadie imagina es que en medio de ese choque, Juan será herido de un piedrazo, guardado momentáneamente en una celda vacía –la 211- y que en tanto y en cuanto buscan a un médico para atender su herida en la cabeza, deberá mimetizarse entre los reclusos para seguir con vida.
En el transcurso de unas pocas horas, Juan descubrirá como es la vida allí dentro, quienes son los que realmente tienen poder, y como de alguna forma se producen enfrentamientos internos precisamente por conservarlo. También descubrirá cuales son las políticas carcelarias y lo que es peor aún, como es eso de la corrupción dentro de ellas. Finalmente, un hecho trágico lo impulsará a tomar una decisión clave: aliarse definitivamente con aquellos a los que en verdad un día después hubiera tenido que custodiar. Y de esa decisión no se vuelve.
El desenlace violento de los hechos que ocurren casi en tiempo real delante de la cámara de Daniel Monzón, es de los mejores registrados y editados de la historia del cine carcelario, y eso, sumado a la imponente actuación de Luis Tosar, acompañado por el novato de Daniel Ammann (un argentino nacido en Córdoba que por este trabajo, al igual que Tosar en el rubro actor principal, se llevó el premio Goya como revelación), la han convertido en una película sólida, trágica y con muy buena llegada al público que busca entretenimiento, más allá de buenas ideas.
La película se ubicó, después de Agora, entre las más exitosas del 2009, superando los 2.000.000 de espectadores.
Agora, de Alejandro Amenabar podría haber sido una gran película si se hubiese concentrado lás en su personaje principal, sin agregarle demasiados detalles, imaginados, apropósito de su vida de relación con quienes la rodeaban. Si Amenabar y Mateo Gil, su coguionista, hubiesen puesto más énfasis en el matiz político del personaje, dada su postura frente a la razón en manifiesta oposición a la de la religión, quizás inspirándose en el contundente Galileo de Bertolt Brecht, el resultado hubiese sido poderoso por encima de lo melindroso o utilitario en el sentido que Hollywood da esta definición. Resulta curioso que Amenabar, un director que ha dado sobradas muestras de su independencia incluso dentro de una estructura industrial bastante independiente como la española, que no haya alcanzado la fuerza de Gladiator, no obstante la obra de Ridley Scott también caía en ciertos convencionalismo que solo tenían como meta cumplir con los tópicos que el cine norteamericano exige a sus directores. Hay en Agora, algunos momentos memorables. En principio, los que aprovechan el CGI (el uso de efectos de computadora para lograr escenografías imposibles). La cámara las sobrevuela (hay una escena en donde la gente convulsionada en su afán de destruir la biblioteca de Alejandria se asemeja a células alocadas como si estuviesen multiplicándose o relacionándose entre ellas tal como en una metaplasia), e incluso reinterpreta de acuerdo al ángulo que esta elige para encuadrar por ejemplo en la escena en la Hipatia es emparedada por los católicos, el círculo del lucernario tal como si fuese un a elipsis: el misterio del movimiento de la Tierra alrededor del Sol todavía no resuelto en el siglo IV, que tiempo después la ciencia, como ya era costumbre enfrentándose a la religión, demostraría no era circular sino elíptica. Qué buena metáfora visual desperdiciada en un conjunto que, más allá de su montaje, despliegue e incluso alguna buena actuación (la de Rachel Weisz, casi excepcional dentro de un grupo con muchos altibajos), no logra la le perfección de esa interesante idea que encierra: la de la religión vs. la razón, la fe religiosa enfrentada a la búsqueda de la verdad a partir del cuestionamiento que solo podían dar aquellos rollos finalmente destruidos (otra escena memorable la de los rollos volando por los aires en cámara lenta), en un desborde de salvajismo, de retroceso a lo primitivo, que atrásó siglos la evolución de la humanidad.
Agora es una rareza del cine español actual, la vuelta a los films que viajan por los tiempos, que recuerdan por momentos a los peplums con personajes míticos llenos de músculos consecuencia de anabólicos y rocas del telgopor, no obstante más riguroso y con alguna idea por allí, que se disuelve, se pierde, entre tanto de los otro.
Estas dos películas son las que compitieron con El secreto de sus ojos por los premios de la Academia de las Artes y ciencias Cinematográficas de España, en el rubro mejor película española (la pelíucla de Campanella es una coproducción con España)logrando llevarse Celda 211 un total de 8 y Agora un total de 7 Goyas, mientras que el film de Campanella solo 2, a mejor actriz revelación (gracioso que sea para Soledad Villamil, que ya tiene siete largometrajes hechos antes de ahora, varios estrenados y con éxito en España, entre ellos El oso rojo) y el que estaba escrito, a mejor película iberoamericana, pasándole por encima a La teta asustada, de Claudia Llosa y a la uruguaya Gigante, del argentino Adrián Biniez, ganadora del premio a mejor ópera prima del festival de Berlín de 2009. La otra película en competencia en este rubro era Dawson Isla 10, del veterano Miguel Littin, basada en hechos reales relatados en el libro escrito por Sergio Bitar, apropósito de un centro de detención que Pinochet ubicó en el sur de su país con el propósito de encarcelar allí a quienes formaron parte del gobierno de Salvador Allende.
El corto La dama y la muerte, producido por Antonio Banderas que es candidato al Oscar de Hollywood, se llevó el Goya a mejor corto de animación (ver nota Cortos-Oscar) mientras que Planet 51, recibió el muy merecido a mejor largo de animación.
Todos los ganadores
MEJOR PELÍCULA
• “Celda 211” de Telecinco Cinema S.A.U., Vaca Films, Morena Films
MEJOR DIRECCIÓN
• Daniel Monzón por “Celda 211”
MEJOR DIRECCIÓN NOVEL
• Mar Coll por “Tres dies amb la família”
MEJOR GUIÓN ORIGINAL
• Alejandro Amenábar, Mateo Gil por “Ágora”
MEJOR GUIÓN ADAPTADO
• Jorge Gerricaechevarría, Daniel Monzón por “Celda 211”
MEJOR MÚSICA ORIGINAL
• Alberto Iglesias por “Los abrazos rotos”
MEJOR CANCIÓN ORIGINAL
• `Yo también´ de “Yo, también“
Compositor: Guille Milkyway
MEJOR INTERPRETACIÓN MASCULINA PROTAGONISTA
• Luis Tosar por “Celda 211”
MEJOR INTERPRETACIÓN FEMENINA PROTAGONISTA
• Lola Dueñas por “Yo, también”
MEJOR INTERPRETACIÓN MASCULINA DE REPARTO
• Raúl Arévalo por “Gordos”
MEJOR INTERPRETACIÓN FEMENINA DE REPARTO
• Marta Etura por “Celda 211”
MEJOR ACTOR REVELACIÓN
• Alberto Ammann por “Celda 211”
MEJOR ACTRIZ REVELACIÓN
• Soledad Villamil por “El secreto de sus ojos”
MEJOR DIRECCIÓN DE PRODUCCIÓN
• José Luis Escolar por “Ágora”
MEJOR DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA
• Xavi Giménez por “Ágora”
MEJOR MONTAJE
• Mapa Pastor por “Celda 211”
MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA
• Guy Hendrix Dyas por “Ágora”
MEJOR DISEÑO DE VESTUARIO
• Gabriella Pescucci por “Ágora”
MEJOR MAQUILLAJE Y/O PELUQUERÍA
• Jan Sewell, Suzanne Stokes-Munton por “Ágora”
MEJOR SONIDO
• Sergio Burmann, Jaime Fernández, Carlos Faruolo por “Celda 211”
MEJORES EFECTOS ESPECIALES
• Chris Reynolds, Félix Bergés por “Ágora”
MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN
• “Planet 51” de Ilion Studios, HandMade Films Limited, S.L., Chuck & Lem, S.L., Antena 3 Films, S.L.
MEJOR PELÍCULA DOCUMENTAL
• “Garbo, el hombre que salvó el mundo” de Ikiru Films, Centuria Films, Colosé Producciones, Televisió de Catalunya
MEJOR PELÍCULA HISPANOAMERICANA
• “El secreto de sus ojos” de Juan José Campanella (Argentina)
MEJOR PELÍCULA EUROPEA
• “Slumdog Millonaire” ¿Quién quiere ser millonario? de Danny Boyle (Reino Unido)
MEJOR CORTOMETRAJE DE FICCIÓN
• “Dime que yo” de Mateo Gil
MEJOR CORTOMETRAJE DOCUMENTAL
• “Flores de Ruanda” de David Muñoz López
MEJOR CORTOMETRAJE DE ANIMACIÓN
• “La Dama y la Muerte” de Javier Recio Gracia
GOYA DE HONOR
• Antonio Mercero
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