El rosarino Gustavo Postiglione estrenará Días de mayo, una historia de amor que transcurre durante el Rosariazo,la reacción popular que comenzó en las calles de la ciudad santafecina, el 16 de mayo de 1969, dos semanas antes del Cordobazo, estallido social que consistió en marchas de protesta y huelgas que surgieron como respuesta al cierre de fábricas y a la represión de protestas sindicales y estudiantiles, que recrudecieron a tres años del golpe militar encabezado por el general Juan Carlos Onganía. El mismo año en que el hombre llegaba a la luna...
Postiglione es un nombre que, con mucha justicia, ha alcanzado un lugar priviligediado en el cine del interior argentino, y muy respetado como uno de los cineastas indpendietes con mucho para decir. En 1991 debutó en el largometraje con De regreso (El país dormido), a la que siguieron la nunca estrenada Camino a Santa Fe, El asadito, El cumple, varias propuestas que tuvieron dispar distribución, La pelí y más recientemente el documental El paradigma Brandazza, acerca de un caso de desaparición forzada en su provincia, y el telefilm Stanley, que codirigió con Norman Brisky, entre otros.
Su obsesión es el cine. Es fácil descubrir su pasión entrando en la página web de la película (www.diasdemayo.com.ar), donde están los dos temas principales completos de su última película El amante del futuro, por Gastón Birabent –una de sus figuras- y Despierta, despierta, despierta, de y por Litto Nebbia, y en su blog.
“Nos preocupamos por la reconstrucción de aquella época, por como vestían, por cómo se movían, incluso la cadencia de cómo hablaban”, dice Postiglione. En la película hay también exteriores multitudinarios, con tropas uniformadas y hasta tanquetas prestadas por el Ejército. A tal punto fue la preocupación, que los volantes que los manifestantes arrojan en dos escenas del film están impresos con textos similares a los de aquel mayo romántico y violento.
“No estamos acostumbrados a que se profundice en la historia: casi todas las películas que se hacen la actualidad tienen que ver con el presente”, asegura el cineasta.
“Mi película aborda una década que me interesa, la última romántica del siglo XX, no solo de aquí sino de todo el mundo, en la que se dieron muchos cambios políticos, culturales, los más interesantes en el arte y particularmente en el cine, es decir un montón de cuestiones puntuales para abordar”, asegura.
“La historia que cuento tiene como fondo un hecho en la ciudad de Rosario que fue igual al Cordobazo, que el cine tampoco tocó todavía. Desde que se recuperó la democracia, con la excepción de un puñado de películas, todo lo que se vio hasta ahora tiene lugar en los años 70 y 80. La década del 60 quedó afuera”, dice.
Para Postiglione “Más allá de que esta mi visión del Rosariazo, Días… no es una crónica de la historia. Me parece que para eso están los documentales, que pueden recuperarla con mayor precisión. Me tomé un montón de licencias: quien busque una visión rigurosa, no la va a encontrar. El cine tiene muchas posibilidades de abordar la historia, por ejemplo con una historia de amor de una chica y un chico donde el entorno social condiciona la relación. Un enfrentamiento de ideas por una cuestión ética: qué hacer frente a determinadas circunstancias. Ella ve las cosas desde la solidaridad, lo colectivo y la entrega; él tiene valores éticos más individualistas. Ahora eso no ocurre más”, piensa.
En cuanto a estilo, Postiglione apuesta fuerte: “Creo que tengo como referente a las películas de aquella década. No es mi intención copiar o recrear los 60, sino acercarme al cine de esa época, para ver como reflejaban las cosas en aquel momento. Con respecto al formato, elegí la pantalla muy ancha y el blanco y negro. Hay un montón de cosas que confluyen en este espacio temporal. Hay referencias al cine francés de aquellos tiempos. Una mezcla de Godard con Truffaut, del Antonioni que va de La aventura a Zabriskie Point, que estaba más vinculada con el rock y el pop. Los italianos y franceses que pensaron en la relación de forma y contenido, de escenas resueltas en dos planos, sin cortes”, explica.
Días de mayo tiene como figuras principales a Agustina Guirado como Laura, Santiago Dejesús como Pablo, Caren Hulten como Irina, Juan Nemirovsky como Miguel, Antonio Birabent como Dante, Dario Grandinetti como el conservador padre de Laura y Carlos Resta como un jefe policial represor.
Según Postiglione, el encuadre amplio roza lo ideológico “Algo debe estar dando vueltas, aunque no lo manifieste concientemente. Por algo se usaba ese tipo de pantalla «ancha» en los 60, ¿no? A pesar de lo grande, ese ancho tiene mucho de intimista… un ancho relacionado con una espectacularidad que hace que uno la vea mejor en el cine que en un televisor y los personajes se sienten inmersos en una dimensión diferente. Un primer plano nunca es un primer plano solo. Siempre hay algo más: el actor está acompañado, tiene una escala más humana, y los ojos pueden tener una dimensión sobrehumana… planos dentro del plano”, concluyó.
Claudio D. Minghetti
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