7 oct 2012

GABRIEL MEDINA HABLA DE "LA ARAÑA VAMPIRO", SU ULTIMA PELICULA

Gabriel Medina, el joven cineasta recordado por “Los paranoicos”, premiada en los festivales de Lima y Biarritz, vuelve a la carga con “La araña vampiro”, el filme protagonizado por Martín Piroyansky, Alejandro Awada, Jorge Sesán y Ailin Salas, que este jueves se estrena en cines y el fin de semana se verá en el Festival de Sitges. “Geónimo, el personaje de Martin es un poco fóbico, miedoso, hipocondríaco, el ideal para él”, asegura Medina, sin embargo aclara que “La génesis de la historia estaba relacionada con la naturaleza y el miedo existencial que genera el estar solo frente a ella, estar alejado de la urbe y el ruido, el enfrentarse con el silencio, de un joven de hoy”. Según Medina “…es una trama que tiene que ver con un padre y su hijo que se van a la montaña con la idea de que el chico de veinte años se relaje, porque viene bastante perturbado con temas psiquiátricos, y la idea es llevarlo a una cabaña en medio de la naturaleza para que ese chico del cibermundo, parido desde la cultura del materialismo y del consumismo enfrene a la naturaleza”. “Me parecía muy interesante que este personaje que está enfermo de miedo, ataques de pánico y cierta paranoia se enfrente a una situación extrema y que ese hecho lo ayude a evolucionar y a vencer su propio miedo porque creo que todas estas fobias tienen cura atravesando aventuras, de alguna manera un viaje iniciático: todo lo que le teme pasar le pasa”, explica el cineasta. “Le tiene miedo a su padre, a la naturaleza, se refugia en un videojuego, se refugia en un auto, aparece una araña, lo pica y se empieza a morir y la cura que encuentra es que lo vuelva a picar otra araña porque gente del lugar le dice eso, pero el padre no le cree, los médicos tampoco, las instituciones no le creen, y termina confiando en los que si le creen”, afirma. “Hay algo del cuento de ‘Pedro y el lobo’ en todo esto, siempre esta creyendo que tiene algo, enfermedades, pero cuando lo pica una araña nadie le cree, y los que si lo hacen son los lugareños, de alguna forma los duendes y lo que hacen es certificarle que se está muriendo y para que lo pique esa araña tiene que hacer una peregrinación a lo profundo de la montaña”, agrega. Según Medina, Gerónimo “Tiene que confiar en una especie guía, interpretado por Sesan, al principio algo hosco y callado, un desequilibrado, un tipo lleno de miedo y dolor como él… Me gusta observar al ser humano en todos sus matices porque no creo en los blancos y negros, los buenos y los malos, me gusta pensar al ser humano con sus errores y cosas positivas”. “Como contaba Kurt Voneggut, cuando su padre estaba muriendo le dijo ‘escribí cualquier cosa pero nunca nada con un personaje malo’, y en realidad lo que le estaba diciendo era que nunca escriba sobre alguien que pueda considerarse absolutamente malvado, y esa es la concepción que tengo acerca de los personajes, tanto en ‘Los paranoicos’ como en ‘La araña vampiro’”, dice. “Mi película es producto de una búsqueda muy intensa para volver a sacar algo de adentro mío y hacer una película, que es lo que más quiero desde que era chico, pensar películas, y le dedico mucho a hacerlo. No me preocupé por establecer un vínculo entre mi primera película y esta segunda, sin embargo por lo que me dice la gente, puedo ver que hay conexiones”, reflexiona. “La conexión principal es la construcción de un camino para un personaje que está en una situación de miedo y estancamiento que tiene que superar para poder evolucionar, y supongo que tanto en el personaje de Gauna en mi primera película como ahora en el de ‘La araña…’ está ese conflicto: personajes urbanos castigados por la filosofía del consumo”, argumenta. Medina está convencido de que “…el consumo de esa forma angustia, y es lo que provoca que la gente viva de determinada manera, que empiecen a aparecer neurosis, enfermedades que antes no existían, como los ataques de pánico, las fobias, producto del acelere y la locura, y en este sentido los chicos están muy a la deriva, en manos de un discurso semiológico bastante salvaje”. Según Medina “En un punto estar tan falsamente conectados va en contra para un joven de hoy que quiere desarrollarse y crecer, porque te distancia mucho de vos mismo, sos más tu avatar que vos mismo, esa cosa de la hiperconectividad, el ruido y la ciudad… Si vos trasladás ese sujeto al medio de la nada se da un quiebre que es catártico y de hecho curativo”. “La cara cinematográfica de Piroyanski siempre me fascinó”, confiesa Medina y agrega que “Hay gente que tiene un aura, y ese es el caso de Martín, y desde que escribí la película, que era la historia de un chico de dieciséis años y no de veinte, la cara era la de Martín en ‘Cara de queso’ y para Gerónimo lo rejuvenecimos un poco y terminó siendo él”. Medina estrena un corte diferente al presentado en el Bafici, donde se vió una edición que, si bien logró buena recepción del público, todavía tenía algunos costados por pulir: “Efectivamente, la nueva edición, trabajando de nuevo los tiempos de las caminatas, porque siempre dudaba si eran cortas o largas, y de hecho las acorté y agregué una escena muy cortita pero importante”, explica. “Tengo dos proyectos, uno que es un retorno a lo urbano con Daniel Hendler, una comedia dramática del estilo de ‘Los paranoicos’ pero bastante grande, y por otro lado estoy trabajando en una película de terror, más independiente, chica, de terror-terror, y mi idea es empezar a generar películas de ese tipo, además de otras con narrativa más personal”, concluyó. (publicada por Télam)

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