Mientras algunas figuras de la creación audiovisual española, como Javier Bardem y la ministra de cultura Angeles Gonzalez Sinde defienden a capa y espada la ley antipiratería en Internet que a esta altura lleva el nombre la funcionaria referida, otros como el cineasta Alex de la Iglesia, actual presidente de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas, se muestran disconformes y lo hacen a viva voz. El director que acaba de recibir un montón de nominaciones a los premios Goya, que entrega la institución, de la que no obstante está al frente (por Balada triste de trompeta), anunció su renuncia al cargo apenas termine la gala que tendrá lugar el 13 de febrero, por primera vez en el Teatro Real madrileño. En diversas entrevistas, el autor de La comunidad y Crimen ferpecto ha confesado que él mismo ha bajado numerosas películas de la web y que durante mucho tiempo poco le preocupaba el tema. Sin embargo su decisión no tiene que ver con la oposición a la idea de que el creador tiene que cobrar por su obra sino de qué manera se debe garantizar ese derecho autoral, que no es precisamente judicializando el tema mediante restricciones, sanciones o controles sobre los sitios, menos aún a los internautas sino apuntando al aporte que podría exigirse a las operadoras del servicio de internet que con esta ley quedarían liberadas de pagar canon alguno. “Por vez primera, aprendí que dialogar con personas que te llevan la contraria es mucho más interesante. Puede resultar incómodo al principio, sobre todo si eres soberbio, como yo. Pero cuando aprendes a encajar, la cosa fluye, y las ideas entran. En este país cambiar de opinión es el mayor de los pecados”, dice en un artículo publicado ayer por el diario El País. "Creo que tenemos instalado el chip de la intransigencia desde hace tiempo. Hablo de ello en mi última película. La única manera de arrancárnoslo es mirar a la cara a la gente y decir lo que piensas con el convencimiento de que puede no ser cierto, que puedes estar diciendo o haciendo una tontería", dijo. La ley, que fue vetada en diciembre y reformulada durante las últimas semanas para presentarse al Poder Legislativo, con el consenso del oficialismo (PSOE) y la oposición (PP) permitiría clausurar los portales en un plazo de entre 15 y 17 días, así como un riguroso control judicial sobre los mismos, sanciones con las que el cineasta, además, está en desacuerdo. “No voy a dejar de discutir, pero francamente, prefiero hacerlo como director que como presidente. Lo coherente es dejarlo”, aseguró refiriéndose al cargo que ocupa desde junio de 2009 y por el que tanto consenso ha logrado.
"Lo mejor hubiera sido empezar de cero. Es una ley que desde sus inicios ha sido muy impopular. Enfrentar a creadores con la Red es el mayor de los errores. Llevo meses intentando conseguir un consenso entre todos y no hemos sido escuchados por los políticos. Esta ley no es la solución para nadie", concluyó el director.
Para los internautas, la Ley Sinde afectará la protección de datos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario