(ESTA CRITICA FUE PUBLICADA EN EL DIARIO LA NACION, EL 20-11-2010)
Parece una mañana de sábado o domingo gris. Tres hombres se acercan, en silencio, caminando. Sus imágenes se recortan borrosas, entre la niebla. Uno es mayor y los otros más jóvenes. Es el cementerio. Ahora están en casa. Andrés, el más chico, poco más que adolescente, escucha a Spinetta en un disco de 33 (evidentemente es la década del 80) y fuma, en su cama. Mira por la ventana y nada. En la pared hay una foto de Frank Zappa y un gran dibujo de Meteoro. Es como si no pasara nada. Pero pasa mucho. ¿Qué se hace cuando no se tiene nada para hacer más que sobrevivir?
Así comienza Ocio, la más provocativa de las propuestas de Juan Villegas, esta vez a cuatro manos con Alejandro Lingenti.
Se trata de un padre y sus hijos en una misma casa, pero en especial de Andrés, el más joven, esos en esos momentos en los que uno suele pasar casi en silencio, esperando algo trascendente que quizás no llegue nunca.
Las frases repetidas, esas que suenan siempre tan familiares y el duelo por la ausencia de la madre. En esa nada inquietante del barrio de casas bajas, se siente el peso de las rutinas de personajes conocidos, de gente más o menos común cada uno en su mundo, tan claro en esa mesa en que se reúnen para almorzar o cenar. Andrés lee a Camus y escucha
a Pescado Rabioso o Manal en el Wincofon, más precisamente No pibe, mientras piensa en la oscura propuesta de negocio que le hizo su amigo Roli. “Si tu madre te escuchara moriría de llorar” dice la canción. Después, el amigo le contará un memorable episodio de la historieta Marvo Luna (de Oesterheld y Solano López) que publicaba Billiken, llegarán las motos, y con ellas la sensación de que algo violento en el solitario e inocente mundo de Andrés esta por desatarse.
Villegas y Lingenti manejan los tiempos, elaboran cuidadosamente los encuadres y recorren el barrio de Boedo, ubicando la cámara de manera tal que la ciudad se vea muy diferente a la que habitualmente muestra el cine.
Hay en Ocio destacables trabajos actorales, el de Nahuel Viale, como Andrés, el de Francisco Grassi cómo su amigo Roli y más breves pero muy efectivos los de Germán de Silva como el padre, Lucas Oliveira y Santiago Barrionuevo.
Ocio (Argentina/2010). Dirección: Juan Villegas y Alejandro Lingenti. Guión: A. Lingenti, basado en el relato de Fabián Casas, con la colaboración de J. Villegas, Mariano Linas y F. Casas. Fotografía: Agustín Mendilaharzu. Música: Ariel Minimal. Con Nahuel Viale, Francisco Grassi, Lucas Olivera, Germán de Silva. Hablada en español. Proyección digital. Duración: 70 min. Se exhibe de jueves a domingos a las 22, en el Cosmos-UBA.
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